Saniss Awards 2025: Rosa Andrea Pardo llama a repensar la salud desde la prevención, la evidencia y la inclusión.
Junio 2025.- “¿Quién cuida de mí?” fue la pregunta que marcó la intervención de la doctora Rosa Andrea Pardo Vargas del Hospital Clínico U. de Chile durante los Saniss Awards 2025, invitó a replantear el modelo de salud tradicional y centrarse en la persona como eje, no únicamente en el paciente o la enfermedad. Su ponencia abogó por un cambio cultural en el enfoque sanitario, donde la prevención, el conocimiento y la autogestión se posicionen como pilares fundamentales.
Pardo advirtió sobre el bajo conocimiento respecto al impacto del alcohol en edad reproductiva, señalando que es una de las principales causas prevenibles de discapacidad intelectual en niños. Subrayó que el daño fetal derivado del consumo de alcohol durante el embarazo aún no recibe la atención que merece en campañas públicas.
Desde la experiencia médica, destacó el valor de “aprender del error” como principio de avance. Puso como ejemplo el rol del ácido fólico en la prevención de espina bífida, demostrando cómo la observación clínica y los datos duros pueden traducirse en intervenciones efectivas a gran escala.
La doctora enfatizó que las campañas de salud deben estar sustentadas en evidencia científica, y no en discursos generalistas sin respaldo. “Los datos confiables deben ser el punto de partida de cualquier estrategia sanitaria efectiva”, sostuvo.

El cambio climático también ocupó parte de su análisis, con mención a investigaciones en el desierto de Atacama y la Antártica sobre la adaptación de especies a condiciones extremas, como posibles claves para enfrentar futuros desafíos ambientales desde una perspectiva de salud.
En cuanto a la comunicación con la ciudadanía, resaltó la importancia de diseñar campañas desde la experiencia del usuario, escuchando sus necesidades reales, contexto local y capacidades. “No basta con informar, hay que conectar”, afirmó.
Uno de los grandes desafíos actuales es el envejecimiento poblacional en Chile, impulsado por la baja natalidad y la mayor esperanza de vida. Pardo subrayó la urgencia de intervenciones preventivas para retrasar enfermedades neurodegenerativas. Promover la lectura, la socialización y el ejercicio cognitivo fueron mencionadas como medidas efectivas para mejorar la calidad de vida en la vejez.
La doctora también alertó sobre la “epidemia silenciosa” de cáncer post-pandemia, con proyecciones que indican un aumento del 38% en los casos para 2030 en Chile. Este fenómeno se relaciona con diagnósticos tardíos, hábitos poco saludables y el envejecimiento de la población.

Pardo pidió concentrar esfuerzos en los cánceres más prevalentes por sexo: mama, colon y pulmón en mujeres; próstata, colon y gástrico en hombres. Las campañas deben priorizarse de acuerdo con la prevalencia local y los factores de riesgo identificables.
También abordó el componente genético del cáncer, indicando que el 15% de los casos tienen una base hereditaria. Detectar signos de alerta temprana podría prevenir metástasis y mejorar los resultados del tratamiento, especialmente en familias con antecedentes.
En materia de discapacidad e inclusión, la especialista sostuvo que el entorno puede ser tan discapacitante como la condición misma. La falta de accesos, información adaptada o barreras culturales agravan la exclusión de millones de personas.
En ese sentido, recordó que a partir de 2025, la Ley de Inclusión Laboral en Chile exigirá que las empresas con más de 100 trabajadores incorporen al menos un 2% de personas con discapacidad. Un avance normativo que debe ir acompañado de campañas de concientización y formación.
En Chile, más de 3 millones de personas viven con alguna discapacidad, convirtiéndose en la minoría más grande del país. Pardo concluyó que atender sus necesidades no es solo una cuestión de derechos, sino una prioridad estratégica para una salud realmente integral, inclusiva y sostenible.